Del desierto Catamarqueño a la selva tucumana

Ante todo feliz año para todos, y gracias a todos por los saludos.
Yo colgué unos días en Londres un pueblito cerca de Belén, en la provincia de Catamarca, mas precisamente en shinkal, que es a 5 km de Londres, allí están las ruinas de shinkal, que era en su tiempo un centro administrativo Inca. El lugar tiene una energía impresionante, y te permite conectarte con la tierra. Allí acampe en la toma, un lugar agreste a la orilla del rio, donde se puede apreciar el cielo cubierto de estrellas y la paz del lugar.

Luego en belén estuve intentando entender la ubicación de las calles tarea extremadamente imposible.
Luego un paso por Andalgala, donde me hice amigo de los artesanos locales y estuve aprendiendo el arte de lapidar, y sobre la rodocrosita una piedra semi preciosa, que solo se extrae en un lugar en el mundo y es allí.
La entrada a Tucumán. Me toco pasar el año nuevo en monteros, un pueblo de 3000 habitantes , allí tuve una lección muy importante, aprendí que cada individuo es único, y que un uniforme o cualquier rasgo externo no lo define y puede ser una buena o mala persona independiente de ello, quizás parezca una pavada, pero es por no entender esto que existe la discriminación.
El primero de enero llegue a Tafí del Valle donde pase unos días, al principio me costo conectarme con el lugar, ya que la ostentación de la gente que veranea allí y tienes sus casas de veraneo se impone en la ciudad, pero el lugar es mucho mas que eso y tiene mucho potencial, y gente que lo entiende y vive allí todo el año.
Tuve la suerte de conocer una maestra y entender que en la educación y sobre todo en la inicial esta la llave de todo, es allí donde se le puede transformar la cabeza a los pibes, y marcar el cambio que esta sociedad pide a gritos, solo espero que la nueva generación de educadores asi también lo entiendan.
Al final la ruta me estaba llamando y hacia allí salí, el camino de salida de el valle del Tafí en una subida de casi 1000 metros, con unas vistas impresionantes de la ciudad y de la montaña, una noche durmiendo el puente del arco, el paso por el infiernillo un lugar extremo por su altura y sus fríos vientos.
Luego entre a amaicha del valle, y continuo aquí, no se exactamente desde cuando, ni se tampoco hasta cuando, ya les contare de este lugar tan especial, considerado el corazón de Latinoamérica.